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Turismo Rural en Cordoba (v.2)

Cuando Sierra Morena deja de extender su abrupto manto, los primeros olivares nos anuncian que aparece e Guadalquivir dividiendo la provincia con equidad. En sus escarceos con la campiña y la sierra se levanta la Olivarera y monumental Montero. con su torre que luce al modo de faro marinero sobre el blanquísimo caserío salpicado de tonos rojizos de carácter pétreo. El río fue testigo secular del levantamiento del Castillo de Almodóvar -en la actualidad ofrece una magnífica visita interpretativa- y hoy oculta entre sus fangos el que fuera «portus romano* sobre el Guadalquivir que enviaba ya en la antigüedad el «divino» aceite de la Bética a Roma. La vega adquiere su madurez en la fértil y amurallada Palma del Río, hilvanada por hileras interminables de naranjos. El agua, como fuente de vida, contribuye a su vez a dibujar la mágica Ruta de los Árboles Singulares en Posadas. Villaviciosa, aún a caballo entre sierra y campiña, nos ofrece sus afamados vinos.

En La Campiña, el Genil y el Guadajoz asumen su estatus fluvial, protagonismo que en relación con el agua deberán compartir con los Humedales del Sur de Córdoba, lagunas de gran valor ecológico que se reparten entre estos lares y la Subbética. Un agua imprescindible en la elaboración de la cerámica de reconocido prestigio que a diario adquiere alma en los alfares de la Rambla. Ante la ausencia de precipitaciones y mucho sol, los lugareños miman sus suelos para obtener buenos caldos (Montilla-Moriles) y extraordinarios aceites (Baena) omnipresentes siempre en la mesa de estas tierras. De tal forma, se hace obligada la visita a alguna de las afamadas bodegas de la denominación Montilla – Moriles y al Museo del Aceite en Baena, que recoge la enjundia de la cultura oleícola del lugar. Tan profundo ha calado la cultura del vino en la historia de este solar que hoy se nos ofrece desde Montilla una ruta del vino que nos permite acceder a un mayor conocimiento y sabiduría de los caldos y los distintos procesos de elaboración, desde la cepa al catavinos (viñas, lagares, bodegas, tonelerías, etc.).


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Turismo Rural en Cordoba

Asentada en el corazón geográfico de Andalucía, entrelaza la magia que emana de la Mezquita con la vida que hilvana nuestro «río grande» e idílicos y extensos paisajes de Sierra y Dehesa que alargan al norte la vista del horizonte.

En contraste, las escarpadas estampas sureñas, surcadas de manera indiscriminada por el agua, y dominadas por olivares y membrillos que simulan querer asomarse a las alturas. Aquí, la Subbética nos recibe con pueblos llenos de encanto, ciudades barrocas y buena mesa. Como eje transversal se derrama el agua del Guadalquivir que riega una campiña de afamados vinos y aceites. Y es que Córdoba oferta al viajero comarcas de bellísimos paisajes rurales, donde el hombre por un lado y el agua por otro, han marcado la razón de ser de los atractivos de esta provincia.

Al norte, Sierra Morena y los Valles del Guadiato y Pedroches albergan serenas dehesas graníticas salpicadas de matorral, donde la jara se exhibe como una manta verde y blanca de bellas lágrimas negras en Villanueva de Córdoba. Los rios Yeguas, Bembézar y Guadiato tienden a moldear estampas idílicas de meandros y embalses que dan cobijo a una ingente actividad cinegética, como ocurre en el maravilloso entorno natural de Hornachuelos o Cardeña. El agua también está presente como terapia curativa en el decimonónico balneario de Fuente Agria en Villaharta. Las ricas entrañas de estas tierras de Córdoba han terminado por legar reseñables ejemplos de arqueología industrial que salpican el paisaje del Alto Guadiato y se pueden apreciar en el Museo Geológico Minero de Peñarroya-Pueblonuevo.

Lugar éste, donde el hombre, de la mano de Calderón de la Barca y al grito de «todos a una» en Fuenteobejuna fue moteando la dehesa de pequeñas y apacibles aldeas que invitan al descanso y la serenidad. No debemos olvidar que en Los Pedroches, comarca de históricas ventas quijotescas, se pueden saborear sus afamados productos ibéricos, no en vano fue llamado por los árabes «Fash al-Ballut» valle de las Bellotas.

Es también sede de bellísimos monumentos como el castillo de Belalcazar o la «catedral de la sierra» en Hinojosa del Duque.

En este post hablamos de: Mezquita de Cordoba, Subbética, Guadalquivir, Córdoba, Sierra Morena, Valles del Guadiato y Pedroches, Villanueva de Córdoba, Hornachuelos, Cardeña, Villaharta, Fuenteobejuna, Hinojosa del Duque.