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Vino tinto dulce Liston: Tinto Listón

Hay dias en que, no sabes ni cómo ni por qué, pero, te encuentras con sorpresas al llegar a la oficina. Hoy la sorpresa tiene nombre propio: Vino tinto dulce Listón. Pero también tiene apellidos: mundivinus.com

mundivinus.com

Mundivinus.com es una tienda online malagueña, especializada en vinos, destilados y delicatessen. Pero es mas que malagueña, ya que su propietaria, Susana, tiene en Álora su base de trabajo. Perote, pues, pone Álora en el mundo desde su ventanita online, lo que demuestra, una vez mas, que no es necesario vivir en Madrid, Barcelona, Valencia o Bilbao para estar en internet, para emprender, para trabajar y aprovecharse de las oportunidades de la red. Comprar vinos (y muchas cosas mas) en la web de mundivinus te lleva sus productos a casa (aunque hay que tener bolsillo para comprar, por ejemplo, este whisky Bruichladdich DNA que asciende a la friolera de 650 «leuros»)

Pues esta gente de mundivinus (¡gracias Susana!) me ha enviado a la oficina una cajita con algo (que no es ningún secreto XD es una botella del Vino tinto Dulce Liston) y aqui va el unboxing, al mas puro estilo Apple 😀

Vino tinto dulce Liston
Vino tinto dulce Liston

Vino tinto dulce Liston
Vino tinto dulce Liston

Vino tinto dulce Liston
Vino tinto dulce Liston

Vino tinto dulce Liston
Vino tinto dulce Liston

Vino tinto dulce Liston
Vino tinto dulce Liston

Vino tinto dulce listón

Vamos a leer la cata:

Es el primer tinto dulce elaborado en Málaga y proviene del viñedo de uva tinta más alto y más antiguo de la provincia. Viñedo de mas de 30 años, situado a 900 metros de altura en terreno pizarroso, monovarietal de garnacha y 10 meses de crianza en roble francés y americano. De las bodegas y viñedos de los montes de Málaga, el vino tinto dulce listón devuelve un 15% de vol.

CATA:

  • Vista: Color cereza intenso.
  • Nariz : Aroma potente, rico en matices de frutas maduras y toques terrosos ( mineral).
  • Boca: Carnoso, aterciopelado y rico en expresión de garnacha (pimienta negra, violestas) ligeros tostados finos.
  • Temperatura de servicio, 6º – 8º C.

Es un vino tinto dulce listón para compartir, para empezar y terminar una comida, para departir acompañando a quesos curados de la sierra malagueña, a intensos cabrales o azules roquefort, a una gran variedad de postres dulces de frutas, tocino de cielo, cacao o tartas con frutos secos, a foie y a helados (por favor, sigamos con la vida malagueña y digamos bien alto: Heladería Inma) Además puede servirse asociado a algunas de las recetas mas clásicas de pluma, especialmente las acompañadas de setas y salsas reducidas de frutas, incluso chocolate. Un maridaje perfecto, para un vino destacado ¿verdad?

Logo Mundivinus
Logo Mundivinus

Para los lectores habituales esta entrada os parecerá una entrada patrocinada o pagada. Nada mas lejos de la realidad, es una entrada para agradecer el detalle que Susana ha tenido con Señor Muñoz (que nos beberemos Raul y yo en breve, claro está, si el Atleti gana la Copa del Rey y si no, también) y para deciros a todos los que me seguis que tenéis negocios (un hotel en la Villa en Ayora, unas cestas de regalo, la gente de camisetas, los amigos de la farmacia Morlan y, si me apuras, hastas el de las bolas chinas o aquellos que escriben un libro y que después se quejan de que no recomiendo su libro y es que no se ni que existe) que a cambio de bien poco se pueden conseguir entradas molonas como esta del Vino tinto dulce listón, y a todos los que me preguntáis si compro enlaces, que esta es la mejor forma de comprarlos, que como esta, no hay ninguna, ya que no contravienes las guidelines del señor Google: no cobras por enlace, no pones el enlace con el anchor que le interese, sino que, normalmente, se curran un post de agradecimiento y te enlazan como les viene en gana y, normalmente, bastante bien.

Por cierto, antes de escribir este post, mundivinus.com esta segundo para la búsqueda Vino tinto dulce listón http://www.google.es/search?hl=&q=vino+tinto+dulce+liston Mi presentimiento: mundivinus.com se pone primero y este post, segundo.

Rápida actualización 3 minutos después: ya estamos terceros 😀

Turismo Rural en Cordoba (v.2)

Cuando Sierra Morena deja de extender su abrupto manto, los primeros olivares nos anuncian que aparece e Guadalquivir dividiendo la provincia con equidad. En sus escarceos con la campiña y la sierra se levanta la Olivarera y monumental Montero. con su torre que luce al modo de faro marinero sobre el blanquísimo caserío salpicado de tonos rojizos de carácter pétreo. El río fue testigo secular del levantamiento del Castillo de Almodóvar -en la actualidad ofrece una magnífica visita interpretativa- y hoy oculta entre sus fangos el que fuera «portus romano* sobre el Guadalquivir que enviaba ya en la antigüedad el «divino» aceite de la Bética a Roma. La vega adquiere su madurez en la fértil y amurallada Palma del Río, hilvanada por hileras interminables de naranjos. El agua, como fuente de vida, contribuye a su vez a dibujar la mágica Ruta de los Árboles Singulares en Posadas. Villaviciosa, aún a caballo entre sierra y campiña, nos ofrece sus afamados vinos.

En La Campiña, el Genil y el Guadajoz asumen su estatus fluvial, protagonismo que en relación con el agua deberán compartir con los Humedales del Sur de Córdoba, lagunas de gran valor ecológico que se reparten entre estos lares y la Subbética. Un agua imprescindible en la elaboración de la cerámica de reconocido prestigio que a diario adquiere alma en los alfares de la Rambla. Ante la ausencia de precipitaciones y mucho sol, los lugareños miman sus suelos para obtener buenos caldos (Montilla-Moriles) y extraordinarios aceites (Baena) omnipresentes siempre en la mesa de estas tierras. De tal forma, se hace obligada la visita a alguna de las afamadas bodegas de la denominación Montilla – Moriles y al Museo del Aceite en Baena, que recoge la enjundia de la cultura oleícola del lugar. Tan profundo ha calado la cultura del vino en la historia de este solar que hoy se nos ofrece desde Montilla una ruta del vino que nos permite acceder a un mayor conocimiento y sabiduría de los caldos y los distintos procesos de elaboración, desde la cepa al catavinos (viñas, lagares, bodegas, tonelerías, etc.).


En este post hablamos de: Sierra Morena, Guadalquivir, Olivarera, Montero, Castillo de Almodóvar, Palma del Río, Ruta de los Árboles Singulares, Posadas, Villaviciosa, La CampiñaGenil, Guadajoz , Montilla-Moriles, Baena, Montilla

Turismo Rural en Cordoba

Asentada en el corazón geográfico de Andalucía, entrelaza la magia que emana de la Mezquita con la vida que hilvana nuestro «río grande» e idílicos y extensos paisajes de Sierra y Dehesa que alargan al norte la vista del horizonte.

En contraste, las escarpadas estampas sureñas, surcadas de manera indiscriminada por el agua, y dominadas por olivares y membrillos que simulan querer asomarse a las alturas. Aquí, la Subbética nos recibe con pueblos llenos de encanto, ciudades barrocas y buena mesa. Como eje transversal se derrama el agua del Guadalquivir que riega una campiña de afamados vinos y aceites. Y es que Córdoba oferta al viajero comarcas de bellísimos paisajes rurales, donde el hombre por un lado y el agua por otro, han marcado la razón de ser de los atractivos de esta provincia.

Al norte, Sierra Morena y los Valles del Guadiato y Pedroches albergan serenas dehesas graníticas salpicadas de matorral, donde la jara se exhibe como una manta verde y blanca de bellas lágrimas negras en Villanueva de Córdoba. Los rios Yeguas, Bembézar y Guadiato tienden a moldear estampas idílicas de meandros y embalses que dan cobijo a una ingente actividad cinegética, como ocurre en el maravilloso entorno natural de Hornachuelos o Cardeña. El agua también está presente como terapia curativa en el decimonónico balneario de Fuente Agria en Villaharta. Las ricas entrañas de estas tierras de Córdoba han terminado por legar reseñables ejemplos de arqueología industrial que salpican el paisaje del Alto Guadiato y se pueden apreciar en el Museo Geológico Minero de Peñarroya-Pueblonuevo.

Lugar éste, donde el hombre, de la mano de Calderón de la Barca y al grito de «todos a una» en Fuenteobejuna fue moteando la dehesa de pequeñas y apacibles aldeas que invitan al descanso y la serenidad. No debemos olvidar que en Los Pedroches, comarca de históricas ventas quijotescas, se pueden saborear sus afamados productos ibéricos, no en vano fue llamado por los árabes «Fash al-Ballut» valle de las Bellotas.

Es también sede de bellísimos monumentos como el castillo de Belalcazar o la «catedral de la sierra» en Hinojosa del Duque.

En este post hablamos de: Mezquita de Cordoba, Subbética, Guadalquivir, Córdoba, Sierra Morena, Valles del Guadiato y Pedroches, Villanueva de Córdoba, Hornachuelos, Cardeña, Villaharta, Fuenteobejuna, Hinojosa del Duque.

Turismo Rural en Cadiz

Camino de las tierras bajas del Guadalete localizaremos Jerez de la Frontera. Afamadas bodegas y caldos, laureados caballos, catedral del cante,… Jerez nos narra hoy su riqueza apoyada en centros interpretativos y museos de gran calidad como El Palacio del Tiempo, El Misterio de Jerez-Museo del Vino y El Museo de Arte Ecuestre. Sus monumentos, de gran interés, como la Catedral, la Alcazaba o la Cartuja entre otros, hacen de ella una ciudad andaluza universal. Desde allí podremos dirigirnos hasta Arcos de la Frontera que se asoma al río Guadalete generando una de las postales de mayor belleza de la provincia. La imponente torre de la Iglesia de Santa María de la Asunción es testigo de un entramado de iglesias, conventos, palacios, casonas solariegas y sencillas viviendas que se levantan entre estrechas y empinadas calles de esquinas curiosamente rematadas por columnas o marmolinos herencia de culturas anteriores. Pero hay otro Jerez, un Jerez que entre la vega del Guadalete y los viñedos de secano de la campiña fue creciendo en apiñados chozos de linderos y cañadas. Ese Jerez podría tomar los nombres de «Las Tablas, Gibaldín, Cuartillo, Mesas de Asta, El Mojo, Lomo Pardo», … hasta 33 núcleos de población que hoy nos muestra la cara más rural, pero también la más dinámica y profunda de Jerez.

Turismo Rural en Cadiz

Al noreste de la provincia se dibuja la llamada Ruta de los Pueblos Blancos, constituida por las poblaciones de la Sierra de Cádiz a caballo entre los Parques Naturales de Grazalema y los Alcornocales. Sierra pura simbiosis de tierras agrestes revestidas de encinas, alcornocales y pinos, caseríos blancos relucientes hasta la ceguera, y agua mucho agua, debido a unas condiciones climáticas excepcionales que han propiciado la presencia del pinsapo, una variedad muy especial de conifera. En Grazalema, la localidad Española donde más precipitaciones se producen al año, la fuerza del agua sustentó el desarrollo de industrias artesanales que se pueden contemplar en el Museo de las Mantas, y hasta hace poco tiempo en la producción hidroeléctrica obtenía del río Majaceite. Ya en El Bosque, el agua nos guiará para realizar un paseo por la rivera de su río truchero. Más tarde nos llevará hasta Benamahoma para visitar un Museo dedicado al líquido elemento y contemplar su nacimiento y el rosario de molinos que se suceden en Benaocaz. El hombre, con la paciente labor de sus manos, nos surte en Ubrique de su reconocida marroquinería. Pero tan profundo y viejo ha sido el arraigo humano en estas sierras que hoy ofrecen al visitante una excepcional ruta arqueológica que permite conocer la sabia historia de estos pueblos: dólmenes (El Gastor, Villamartín, Alcalá del Valle y la necrópolis de Fuente Ramos en Puerto Serrano), poblados íberos como el de Ocuri en Ubrique, calzadas romanas que nos conducen desde Ubrique a Benaocaz, complejos hídricos romanos (Arcos de la Frontera) o el rico patrimonio castellano-nazarí que salpica toda la sierra.

Gracias a la sinuosa y angosta carretera que desde Grazalema nos conduce a Algodonales a través del Puerto de las Palomas, podremos contemplar la bella horizontalidad del embalse ubicado a los píes de la susurrante y bella Zahara de la Sierra. Fue también el agua la que diseñó las moradas humanas bajo la roca en Setenil de las Bodegas y el paraje natural de los Escarpes del río Trejo o Guadalporcún. El arte se hace patente en villas de fuerte raigambre histórico, como la blanquísima estampa de Olvera que se nos eleva sobre una colina, de la que vemos sobresalir las s torres de la Iglesia de la Encarnación que rivalizan en altura con su fortaleza, enclavada en lo más alto del pueblo. O la señorial Villamartin, que se desliza achaparrada a las puertas de la sierra.

Desde Puerto Serrano a Olvera, introduciéndonos en la vecina provincia de Sevilla y utilizando el viejo camino férreo que enlazaba Jerez con Almargen, podemos realizar un excepcional paseo (bicicleta, senderismo o caballo) por la Vía Verde de la Sierra. Nos permitirá conocer la agreste belleza que los ríos Guadalete y Guadalporcún han ido labrando entre las sierras de Cádiz y Sevilla, uno de los espacios andaluces que mayor riqueza de aves posee y la mayor concentración de buitre leonado (Peñón de Zaframagón).Ya en la solana serrana, casi oliendo a mar y superado el excepcional marco natural que forma el parque natural de Los Alcornocales, la tercera mayor extensión protegida de Andalucía y el mayor productor de corcho de España, la arquitectura se tiñe militar en unos enclaves tan seductores como Castellar y Jimena de la Frontera. Castellar, el viejo, a modo de guinda de un espacio serrano endulzado por las aguas del Guadarranque, se alza como reducto que nos conduce a las más puras esencias medievales. Aquí todo es quietud y calma.

En este post hablamos de los siguientes pueblos: Ruta de los Pueblos BlancosGrazalemaEl BosqueBenamahoma, Benaocaz, Ubrique, El Gastor, Villamartín, Alcalá del Valle, Puerto Serrano, Ubrique, Arcos de la Frontera, Algodonales, Zahara de la Sierra, Setenil de las Bodegas, Olvera, Villamartin,  Castellar, Jimena de la Frontera

Turismo Rural en Cadiz

La interminable belleza del interior de esta provincia nos seduce con paisajes de genuinos pueblos blancos, desafiantes reses bravas, elegantes caballos de raza, emblemáticos viñedos, zonas de intenso tránsito de aves migratorias y apacibles bosques de alcornocales y encinas; todo ello bajo una luz especial que se proyecta desde su costa. Las culturas que poblaron la Península, dejaron aquí su huella. En su sierra, el hombre y la naturaleza crean sin complejos imágenes que vivirán para siempre en la retina del viajero. Y el agua, siempre presente, hace de Grazalema la localidad española donde más precipitaciones se producen al año.

La luz que emana del litoral de la Janda, se proyecta con fuerza sobre la próxima Vejer de la Frontera, asentada a modo de isla sobre un mar de vegetación. En ella, el agua se adorna en una colorida y céntrica fuente de azulejos que contrasta con el blanco e inmaculado encalado de sus casas, formando así uno de los conjuntos histórico- artísticos mejor conservados de la provincia de Cádiz. Los vecinos del lugar decoran con gracia floreados patios, que forman una atractiva ruta turística por el casco viejo. Barbate, pesquera, y la agrícola Conil cierran un triángulo turístico de grandes exquisiteces en el que el intenso tránsito de aves migratorias a través Estrecho convierte a este territorio en uno de los de mayor valor ambiental de Andalucía.

En el centro de la provincia, a modo de flor que atrae todas las miradas, se encuentra Medina Sidonia, donde los romanos dieron origen a su conjunto arqueológico y canalizaron el agua legándonos un alcantarillado de la época. Con el devenir de la historia, los árabes le dieron nombre y los castellanos levantaron el barrio de la Villa Vieja y la impactante imagen de la iglesia de Santa María la Mayor. Acercándonos a las primeras estribaciones serranas nos encontraremos la belleza típica de Alcalá de los Gazules, tierra en la que el toro de lidia compone parte del paisaje pastando tranquilo en sus dehesas.

En este post hablamos de: Grazalema, La Janda, Vejer de la Frontera, Conil, Barbate, Medina Sidonia, Alcalá de los Gazules

Turismo Rural en el Interior de Almeria

En Sorbas, pueblo milenario de tradición alfarera, el hombre levantó casas colgantes aferradas al vacío labrado por el río Aguas, y el agua del subsuelo modeló el Paraje del Karts de los Yesos con sus 682 cavidades naturales que simulan el más bello hormiguero.

En este entorno, el interior de Almería nos muestra la segunda lección de historia antigua, el nacimiento de lo que se ha dado en llamar la Edad del Bronce en la Península, que no sin razón ha sido también denominada cultura argárica en honor al yacimiento arqueológico de Argar (Antas), cuna y protagonista de la cultura que se desarrollará en el sudeste peninsular entre 1900 y 1300 antes de Cristo.

Entre Los Vélez, al norte, y el macizo de los Filabres se abre a modo de sendero de vida la fértil vega del Almanzora. Aquí topamos con Tíjola y su impresionante piscina natural de aguas termales, la Balsa de Cela. Hallamos una región próspera gracias a las canteras de mármol que tienen su epicentro en Macael.


En Serón, tierra de buen jamón, se alza su estratégico castillo desde el que se divisa el reguero vegetal del valle, antaño guardián de las labores mineras que se desarrollaron en esta cuenca y que fueron motor económico del S. XIX pese a los avatares del bandolerismo. Así nos lo cuenta hoy el poblado pedáneo y minero de Las Menas.

El Alto Almanzora presenta un paisaje humanizado de calles estrechas, sinuosas y casi verticales aderezadas por la inmaculada blancura de las casas. Su máximo exponente lo tenemos en Sierro, donde los vehículos a motor, debido a la estrechez de las vías, son completamente inútiles. Parar en Purchena es acercarse al pasado para participar en sus curiosos juegos deportivos moriscos de Aben Humeya, eslabón perdido y encontrado entre los Juegos Olímpicos de la Antigüedad y las Olimpiadas de «la era moderna». Arriba, en lo más alto, podremos atisbar la línea de castillos, atalayas y torreones que guarecían el paso natural del Almanzora hacía el Mediterráneo. Una vez superada la belleza pétrea de Bacares, ahora si en la cima, nos acercamos al Observatorio Astronómico de Calar Alto, donde podemos advertir la limpia pureza de su aire.

Rumbo norte, se levanta la monumentalidad arquitectónica y paisajística de la Comarca de los Velez bajo la sombra protectora de la nevada Sierra de María. La áspera belleza de este macizo contrasta con el majestuoso castillo-palacio renacentista de Vélez Blanco, de exquisita conservación, a cuyo cobijo se encomienda el caserío, una gran riqueza hídrica y la tercera lección de prehistoria andaluza. Aquí descubrimos el arte rupestre presente en la Cueva de los Letreros, de donde procede el famoso «Indalo«, símbolo universal de Almería. A los píes del monte Maimón se ubica Vélez Rubio, con sus casas señoriales e imponente Basílica de la Encarnación. En el camino que nos aleja de Andalucía y que nos conduce a Murcia, Cuevas de Almanzora exhibe al viento su bello castillo-palacio edificado en el S. XVI por el Marqués de los Vélez, compartiendo con Guadix el más que notable barrio-museo de casas cueva.

El Turismo en el litoral almeriense

Cuando la brisa marinera empieza a notarse en el ambiente, el parque natural marítimo terrestre de Cabo de Gata – Níjar nos propone pasear entre su luminoso y encantador urbanismo típicamente andaluz. Alli visitaremos su bien conservado aljibe romano sin olvidarnos de las minas de Rodalquilar, la línea defensiva de castillos, baluartes y atalayas que han defendido el litoral mediterráneo de la piratería berberisca, con la batería de Los Escollos como máximo exponente, y aviarnos de la tradicional jarapa. Buen colofón para nuestro viaje, será impregnarnos de la luz del ecolitoral del Cabo de Gata, su faro y salinas, reserva de alta protección para las aves. Será la mejor despedida de nuestro viaje por tierras de Almería, viajando hacia poniente, como los últimos flamencos que, todas las noches, al caer el sol, desde las salinas del Cabo de Gata emprenden vuelo hacia las lagunas del norte de la provincia de Málaga.

En este posts hemos hablado de las siguientes ciudades: Sorbas, Argar, Tíjola, Macael, Serón, Las Menas, Sierro,  Purchena,  Bacares,  Vélez Blanco, Vélez Rubio,  Cuevas de Almanzora y  Níjar.

Turismo Rural en el Interior de Almeria

La presencia o ausencia del agua diseña caprichosamente las tierras del interior del levante andaluz. Cuando las precipitaciones son escasas, compone paisajes desérticos de gran plasticidad, como Tabernas o la Sierra de Cabo de Gata – Nijar, paradójicamente rebosantes de diversidad biológica; en otras ocasiones su abundancia por momentos, ya sea en forma de nieve o agua, modela imágenes antagónicas que van desde las sierras de alta montaña de Sierra Nevada y Sierra de María al norte, haciendo pausa en el camino en las ramblas de la Alpujarra para, a modo de hilo de vida, ganar las vegas del Andarax y Almanzora.

Por otra parte, cuando el agua toma cobijo en sus entrañas, origina baños termales de reconocido prestigio debido a la calidad y propiedades terapéuticas de éstas. Todo ello en una provincia que desde «Calar Alto«, en los Filabres, se alza a uno de los cielos más limpios de la península. Sierra que fue y es tallada por el hombre en busca de su codiciado mármol. Asimismo, en estas tierras de levante se erige uno de los castillos renacentistas más bellos de Andalucía, en los Vélez.

La Alpujarra Almeriense

En la Alpujarra Almeriense encontraremos el primer municipio ecológico de España, Ohanes, conocido también por compartir su nombre con un tipo de uva de lenta maduración, la que fuera llamada «uva del barco«, que en otros tiempos cruzó nuestras fronteras introduciéndose en el corazón de Europa. Singular y curiosa resulta la fuente ubicada a la entrada del puebla que emana de la roca y en cuya construcción el hombre simuló las técnicas que utiliza para levantar las viviendas típicas de la zona mediante la omnipresente roca local: la pizarra. Entre huertas ecológicas, el impresionante Monasterio de la Virgen de Tices nos recuerda el misticismo que impregna estas «Tierras Altas«. A través del cauce ascendente del río Andarax, superado un paisaje que simula pétreos e interminables escalones saturados del verde amarillento de la parra, el almendro y el naranjo, que ascienden hacia el limpio cielo serrano, llegaremos al encantador paisaje de su nacimiento en Laujar. Localidad en la que el agua envuelve todo lo cotidiano bajo el fluir de sus 17 históricas fuentes públicas y que alberga la bien llamada Catedral de la Alpujarra. Sus suelos,  a caballo  entre dos sierras, Nevada y Gádor, bien regados, rezuman exuberante vegetación, de tal suerte que es considerada   el   pulmón de Almería. Estas tierras labradas desde antaño por la vigorosa mano del hombre alpujarreño nos ofrecen hoy un excelente vino ecológico, auténtico deleite alpujarreño. Por todo ello no es de extrañar que Boabdil pasara sus últimos días en la península por estos lares. Si nos dejamos llevar por el rumor del río en su marcha hacia las tierras bajas, las aguas termales tanto de Alhama de Almería como de Sierra Alhamilla en Pechina, «alberca de oro» de la Almería musulmana del S. XI, cobran el mayor protagonismo, volcándose a modo de embudo hacia el Bajo Andarax. Aquí, en las cercanías de Santa Fé de Mondujar, encontraremos el yacimiento arqueológico de «Los Millares», el origen de uno de los momentos más interesantes de la prehistórica de la Península, la Edad del Cobre. Su centro de interpretación y la rehabilitación de varios de los elementos arquitectónicos más sobresalientes (murallas, enterramientos, etc.) permiten sumergirnos en los albores de nuestra civilización.

La Almería verde desaparece por completo a espaldas de Sierra Alhamilla, los paisajes quedan impregnados de un sabor seco y soleado que nos recuerda al lejano Oeste cinematográfico, a la sazón, desde la década de los sesenta del siglo XX, esta tierra ha sido y es escenario cotidiano de filmes y espectáculos de este género artístico. Pero antes no podemos dejar pasar y hacer posada ante el imponente Castillo de Gergal, y contemplar la incontestable belleza del paraje natural del Desierto de Taberna.

En este post hablamos de las siguientes ciudades:  Tabernas, Filabres, Los Vélez, Ohanes,  Laujar, Alhama de Almería, Pechina,Santa Fé de Mondujar.

Turismo Rural en el Interior de Almería

En uno de los primeros posts que vamos a dedicar al turismo rural en Andalucía. Vamos a dividir el turismo rural en relación a las comarcas andaluzas. No esperéis encontrar playa y sol, apartamentos o grandes capitales, ya que estamos hablando de Turismo Rural en Almeria, así que nos dedicaremos a las comarcas interiores: la próspera Tharsis, así llamada por los griegos, arrinconada en los confines de la tierra; la fértil bética hispanorromana y la colorista y musulmana Al-Andalus. Abierta y sabia Andalucía, mezcolanza de gentes y culturas.

Te invitaremos, junto a Turismo Andaluz, a viajar por pueblos y ciudades del interior andaluz, que conozcáis sus historias, rincones, sabores, olores, tradicionales y, sobre todo, que os acerquéis al corazón de sus gentes. Para ello utilizaremos como elemento conductor y a modo de guía experimentado el Agua, que ha moldeado las tierras del Interior; y el Hombre, creador del indudable aporte cultural que Andalucía ha hecho a la historia de la Humanidad.

Guía de Turismo Rural de Andalucía

Andalucía te quiere y quiere despertar en ti el goce de los sentidos a través de los paisajes rurales del sur de la península, donde descubrirás pueblos con encanto y barrios tradicionales que despiertan la magia, restos pétreos que hunden sus raíces en nuestra más remota historia, verde naturaleza en donde el agua compone paisajes de gran belleza, castillos y fortalezas, legado de las diferentes culturas asentadas por estos lares, construcciones monumentales a las que el velo de los años les permite señorear su estampa, balnearios del S. XXI con raíces decimonónicas, tradiciones arraigadas en sus pueblos, una gastronomía elaborada con las mejores materias primas, artesanía que es arte. Caminos que se hacen al andar, alojamientos variopintos que nos sumergen en el interior de nuestra tierra. En fin, un cúmulo de sensaciones que harán realidad tus sueños.